He pensado en escribirte los versos más tristes esta noche,
pero no lo he hecho.
He querido describirte como eras,
y no como eres.
Cuando eras no importa,
solo sabemos que fue conmigo,
continuo, recíproco,
creyendo que era amor lo que nos procesábamos,
escondiendos en baños que nos llamaban ‘señores’
para salir yo con tu corbata puesta
y tu con mi caos en la cabeza.
Para sufrir el jet lag
que tenían consecuencia de hacernos el amor
para intentar deshacernos de la cabeza
y buscar cordura en nuestras partes intimas.
Cordura que fue transformándose en locura
cuando ponías excusas
de que la cama estaba demasiado vista
para que esta noche tocara salvarnos otra vez
y desaparecías, dejándome sola con mis ganas de vivir
con mis ganas de rasgar espaldas
y creerme única en un cuerpo conjunto.
Y ahí,
me di cuenta que no todo es buscar cuerpos para quedarse a dormir
no todo es encontrar miradas y decidir naufragar en ellas sin rumbo,
no todo son caricias de buenas noches quizás hoy si volvamos a leernos a ocuras,
No todo es el mundo, no todo el mundo lo es todo.
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