miércoles, 28 de mayo de 2014

Tengo, media vida mía, en mis manos, rota.



Tengo,
media vida en mis manos,
y no estás.
Y no hay nadie.
Y no se que hacer.
Que alguien me la sostenga,
que yo no puedo más con ella,
que no aguanto el saber que
está rota, y tú no estas en ella.
Que me duele,
no solo las manos de sostenerla,
si no los labios de no besarte,
la puerta de mi casa,
al no saludarte cada tarde.
Me duele medio lado de la cama,
me duele media bañera,
la cafetera entera,
y todos los moratones que tengo,
en estos nudillos de tanto recordarte
contra el muro de la pared,
contra el muro del recuerdo
olvidado para ti,
amartillado para mi, y constante.
Que no se va,
o quizás es que no quiera irse,
y algún día vuelvas
y no solo en forma de noches de insomnio
con mi media vida mía
en mis manos,
rota.







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