Vamos desempolvando las ganas de querernos.
De sentir únicos en un mismo cuerpo.
De morir entre suspiros en los oidos.
Que lo de morder ahora solo lo
conocen nuestros labios.
Y la saliva va buscando por donde colarse
y hacerlo más especial.
Fundirnos queriendo volver a repetir
otra vez más.
(Porque para desahacernos lo mejor será
hacernos el amor.)
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