He vuelto.
Con ganas de tirar todo a la basura.
Con indecisiones más grandes que mi cuerpo.
Con adioses y con ganas de rasgar espaldas,
de gritar entre cuatro paredes
desde que dos cuerpos encajen
hasta que el sol decida aparecer entre
las cortinas de lino.
Llamadme loca, o ilusa.
Que en esta época
prefiero tocar pianos en espaldas
que ver las margaritas florecer,
fuera de su boca.
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